Reciben al Nuevo
Sol en San Andrés Tuxtla
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Con danza prehispánica realizan el 1er. evento del 2do.
Festival de Ritos, Magia y Tradición, correspondiente al 1er. Viernes de Marzo.v Cientos de visitantes atestiguan el inicio del Nuevo Año Olmeca y la colocación del “Fueguito”, en las inmediaciones del Salto de Eyipantla.
El Salto de Eyipantla, Mpio. de San Andrés Tuxtla,
Ver.—Un guerrero invoca a los 4 elementos con motivo de la llegada del Nuevo
Sol, a través del fuerte y enigmático sonido del caracol.
El Salto de Eyipantla, Mpio. de San Andrés Tuxtla,
Ver.—Preparan “el fueguito” que al final de la ceremonia será enterrado para
dar energías al Nuevo Sol para que con su energía ilumine el Nuevo Ciclo
Olmeca.
El Salto de Eyipantla, Mpio. de San Andrés Tuxtla,
Ver.—El tributo al Nuevo Sol, sacerdotisas elevan al cielo el fuego nuevo para
iniciar la celebración del inicio del Nuevo Ciclo Olmeca.
El Salto de Eyipantla, Mpio. de San Andrés Tuxtla,
Ver.—Inicia el ritual.
El Salto de Eyipantla, Mpio. de San Andrés Tuxtla,
Ver.—Asistentes y el turismo participan de la celebración vestidos de blanco
para recibir el baño de energía y purificación de sus cuerpos.
El Salto de Eyipantla, Mpio. de San Andrés Tuxtla,
Ver.—Público en general, turistas, visitantes y participantes aseguraron que
después de haber participado en la ceremonia sintieron una armonía y paz en sus
cuerpos tras haber renovado energías.
Comunicado de PRENSA/San Andrés Tuxtla, Ver.—En el marco
de las celebraciones tradicionales por el 1er. Viernes de Marzo, en la
comunidad El Salto de Eyipantla, municipio de San Andrés Tuxtla, se recibió al
Nuevo Sol del Nuevo Año Olmeca, con una ceremonia de danza prehispánica en la
que por un lapso de más de una hora, se esparció el humo de incienso y copal,
tal como se hacía ancestralmente llegada la fecha que los antiguos consideraban
un nuevo ciclo para la renovación de energía; así lo explicó Emmanuel Villegas,
Coordinador de Pueblos Indios en la Zona de Los Tuxtlas, quien con el respaldo
del H. Ayuntamiento de San Andrés Tuxtla a través de la Dirección Municipal de
Turismo, fue el encargado de recrear este ritual autóctono.
Luis Manuel Carrión Gracia, Director Municipal de
Desarrollo económico, Turismo y Medio Ambiente
(DETMA), comentó que gracias al respaldo del alcalde Rafael Fararoni
Mortera, este es el segundo año que se celebra de manera oficial y con respaldo
gubernamental, este ancestral evento denominado Festival de Ritos, Magia y
Tradición.
“El año pasado la
ceremonia se realizó en el Cerro del Venado, para llevar el Fuego Nuevo, este
año, coincidiendo con la tradición de dar la bienvenida al Año Nuevo Olmeca,
los danzantes indígenas escogieron El Salto de Eyipantla, por la majestuosidad
de su cascada y porque es un nicho natural en el que según las costumbres
prehispánicas, se puede tener contacto con los cuatro elementos, es decir;
tierra, aire, agua y por supuesto el fuego nuevo, que ellos portan en sus
incensarios” dijo el director de
Turismo.
El entrevistado agregó que este año, el presidente
municipal dio todas las facilidades a los pueblos indígenas, para recrear estas
costumbres y de esta manera no solo fomentar la cultura, sino el turismo.
“Este evento es de
suma importancia para el desarrollo económico, como puedes ver hay una enorme
afluencia de turismo en esta fecha, la región se caracteriza por ese misticismo
que tiene al ser denominada tierra de brujos, sin embargo en San Andrés Tuxtla,
la tradición va más allá del paganismo, aquí en el municipio el festival se
concentra en la semilla del origen de la herbolaria, medicina tradicional que
hoy se está rescatando con ayuda del gobierno municipal y quiero comentar que
ninguno de los actos que se realizarán van contra la fe cristiana, son meras
tradiciones que nos permiten acercarnos a esa riqueza cultural que estaba casi
olvidada”, concluyó Luis Manuel
Carrión Gracia.
Por otro lado, Emanuel Villegas comentó que al término de
la danza, se establece un ambiente de armonía con los elementos, tierra, agua,
aire y en especial con el fuego que pertenece al Nuevo Sol de acuerdo a la
tradición, por lo cual los danzantes culminan el ceremonial con la siembra de
lo que ellos llaman “El Fueguito”, que son las cenizas y brazas ardientes de
sus incensarios, mismas que se entierran para que el Nuevo Sol de su energía a
la tierra e ilumine el nuevo ciclo olmeca.