Siguen burlándose, y lo seguirán haciendo
San
Andrés Tuxtla, Ver.—Sin la mínima señal para pararse –no estacionarse- y subir
a una pasajera, el conductor del taxi 535, placas 44-41-XCG, con las bocinas y
mentadas del tráfico parado momentáneamente hace de las suyas sabiendo que no
hay leyes que lo castiguen. (Foto: JC Absalón)
San
Andrés Tuxtla, Ver.—Tranquilamente el taxista del 535 enfiló hacia el mercado
municipal 5 de Febrero. “Aquí no pasa nada…” Abajo, se muestran los “apartados”
para estacionarse… (Foto: JC Absalón)
Juan Carlos Absalón/San Andrés Tuxtla, Ver.—Insistimos y
seguiremos insistiendo a pesar de comentarios vertidos atrás de un portal de
Internet, la realidad que se vive es otra, y a falta de interés de las
autoridades correspondientes en materia de Transporte Público, ahí está otra
muestra.
El desorden crece y seguirá creciendo si no se toman
cartas en el asunto; existe una serie de “choferes” de los cuales enlistar la
serie de características propias que se requieren para el oficio sería
interminable mencionarlas.
Desde que se adueñaron de la calle Matías Romero, tramo
comprendido Dr. Bernardo Peña – Avenida Juárez, hacen y deshacen, ponen en
riesgo la vida del peatón porque conducen a velocidades extremas en tramo corto
y hacen ascenso y descenso de pasaje donde y cuando se les antoja, por no
expresar palabras ofensivas.
Así la tarde de este viernes, cerca de las 15:00 horas
sobre la citada arteria, antes de cruzar con Manuel A. de la Cabada, “por sus
tamaños” el conductor del taxi número económico 535, del sitio local San Andrés
Tuxtla, marca Nissan Tsuru, colores rojo-blanco, con placas de circulación
44-41-XCG del estado de Veracruz, paró la circulación en esa esquina para subir
el pasaje.
Aparte de que es punto obligado de circulación por lo
estrecho de la calle en ese tramo invadido por el transporte mixto rural, al
joven conductor le valió las mentadas y bocinas que hicieron el escándalo.
Sin poner o hacer, cuando menos, las señales
correspondientes se paró abrió la tapa de la cajuela y subió los morrales de la
señora, y luego enfiló muy tranquilamente hacía abajo, por la pendiente de
Manuel A. de la Cabada, hacia el mercado municipal 5 de Febrero.
Insistimos,
los cafres seguirán haciendo de las suyas y poniendo en riesgo la vida de particulares
por la falta de precaución y la prepotencia con la que actúan a falta de la
aplicación de leyes en la materia.