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El Sr. Nuncio Apostólico Mons. Chritophe Pierre y
otros 23 obispos participaron en la Consagración Episcopal
Juan Carlos Absalón /
Catemaco, Ver.—A las 11 de la mañana, en el Centro Pastoral San Juan Pablo II, dio
inició la Santa Misa de Consagración, en la que participaron más de cien sacerdotes
de las Diócesis de Querétaro y San Andrés Tuxtla, con la bienvenida que ofreció
el presbítero Vicente Zamarripa, ecónomo diocesano, quien dijo al nuevo pastor:
“Bienvenido a la ya
cincuentenaria Diócesis de San Andrés Tuxtla, que peregrina en las montañas de Los
Tuxtlas y Santa Marta, así como en las fértiles llanuras de Sotavento, regada
por las cálidas aguas del Golfo de México y por los poderosos ríos del
Papaloapan, San Juan, Tesechoacán y Coatzacoalcos. ¡Sea bienvenido a nuestra
diócesis, sean todos bienvenidos a esta solemne celebración!”.
El presbítero José
Luis Escalante Arvizu, Secretario Canciller de la Diócesis de San Andrés Tuxtla
leyó en latín y español el mandato apostólico del Papa Francisco, para la
Consagración Episcopal de S.E.R. Mons. Fidencio López Plaza, lo que dio legitimidad
a este acto.
Monseñor Faustino
Armendáriz Jiménez, Obispo de Querétaro, fue el encargado de predicar durante
esta celebración: “Por la gracia de Dios, envueltos aún por el clima de la
Pascua, nos hemos reunido esta mañana para celebrar nuestra fe en Cristo
resucitado…
“Según la tradición
de la Iglesia, la ordenación episcopal es un momento muy privilegiado porque
manifiesta la unidad de la Iglesia, no sólo por la presencia de nosotros los
obispos, sino también por el testimonio de cada uno de ustedes sacerdotes,
diáconos, consagrados, seminaristas, laicos de las diferentes parroquias,
movimientos y asociaciones laicales, comunidades indígenas, hermanos todos”.
Y luego agregó con
emoción:
“Venimos jubilosos
para ser testigos de cómo Dios consagra la persona de Mons. Fidencio, para ser
en esta comunidad diocesana “Vicario del gran Pastor de las ovejas (Hb 13, 20)
(Apostolorum Successores, n. 1), anunciando la alegría del Evangelio a todas
las gentes y guiando pastoralmente la Iglesia, hasta llegar a formar en ella
una verdadera ‘comunidad misionera’ donde cada discípulo del Señor viva la
experiencia del encuentro con Jesucristo vivo, madure su vocación cristiana,
descubra la riqueza y la gracia de ser misionero y anuncie la Palabra con
alegría”.
Después de la
homilía, el monseñor Pierre, dialogó con monseñor Fidencio sobre las promesas
que le comprometen como Obispo, luego pidió la abundancia de la gracia de Dios
e invitó a los asistentes a rezar la letanía de los santos por el elegido de
Dios.
Terminando, impuso
sus manos sobre monseñor Fidencio e hizo la Oración consecratoria
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