u La
carta bajo la manga
u ¿El
diamante de Peña Nieto?
El presidente electo
Enrique Peña Nieto, designó en forma provisional a Oscar Adolfo Naranjo Trujillo,
exdirector general de la Policía Nacional de Colombia, asesor externo en materia
de seguridad, narcotráfico, terrorismo e inteligencia.
El
nombramiento recibió el rechazo mediato de los entonces candidatos a la presidencia
de los Estados Unidos Mexicanos, Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción
Nacional (PAN) y de Añares Manuel López Obrador, de los partidos de la Revolución
Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano (PMC) y del Trabajo (PT).
La
condena no obedece a motivos políticos, orientaciones ideológicas o
preferencias personales, si analizamos en pocas líneas algunos de los
antecedentes que, de una o de otra manera, envuelven el perfil del Personaje en
cuestión.
EL
nombramiento viola el Art. 32 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que al pie de la letra dice: “En tiempo de paz, ningún extranjero
podrá servir en el ejército ni en las fuerzas de policía o seguridad pública...”.
El
nombramiento molestó a los titulares de las secretarías de la Defensa Nacional
(SEDENA) y de Marina (SEMAR).
Peña
Nieto intentó vender a buen precio el conocimiento, experiencia, relaciones y
profesionalismo de Adolfo Naranjo Trujillo, como artículo de excelencia en
materia de seguridad nacional, narcotráfico, terrorismo, inteligencia,
espionaje y crimen organizado, para apaciguar ánimos sociales encendidos.
La
única clave mágica para poner orden en los clanes del crimen organizado, en los
carteles del narcotráfico, en la delincuencia asociada, en romper con el
control de grupos delictivos sobre periodistas críticos y medios de
comunicación independientes, en lavado de dinero, en el tráfico internacional
de estupefacientes, en recobrar la confianza de la ciudadanía hacia
autoridades de los tres niveles de la administración pública.
Sin
embargo, en la mañana del jueves 14 de junio del 2012, durante la celebración
de la rueda de PRENSA convocada por Peña Nieto para dar a conocer el
nombramiento provisional de Naranjo Trujillo, se registró un incidente del más
selecto y minucioso de los análisis.
En
una parte de las preguntas lanzadas por periodistas mexicanos a Naranjo Trujillo,
respondió textual que “...mí país todavía
no ha resuelto totalmente los problemas de violencia, de inseguridad y de narcotráfico...”.
La
carta bajo la manga de Peña Nieto, como se puede percibir, no pasó el control
de calidad en el primer intento.
Oscar
Adolfo Naranjo Trujillo es uno de los principales autores intelectuales y operativos
del asesinato de Luis Edgar Devia Silva, conocido por el nombre clave de Raúl Reyes,
comandante del grupo insurgente autodenominado Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC).
Apoyado
por la fuerza aérea colombiana incursionó en forma ilegal a territorio ecuatoriano
para bombardear el campamento guerrillero mientras dormían, en punto de la medianoche
del sábado 1° de marzo del 2008, denuncia en su oportunidad la revista Resistencia, órgano de divulgación ideológica
de las FARC.
En
el ataque nocturno murieron los estudiantes mexicanos Sorén Ulises Avilés Ángeles,
Fernando Franco Delgado, Juan González del Castillo y Verónica Natalia
Velázquez Ramírez, sobrevive Lucía Andrea Morett Álvarez, quienes se
encontraban en el campamento, ubicado en la región de Santa Rosa, departamento de
Sucumbíos, Ecuador.
Sobre
lo anterior, el presidente de la república bolivariana de Venezuela, Hugo
Chávez Frías, declaró en su programa radiofónico “Aló, presidente”, del 2 de
marzo del 2008, que la muerte de Raúl Reyes había sido “un cobarde asesinato”.
Adolfo
Naranjo Trujillo intentó implicar a los gobiernos de Ecuador y de Venezuela en
el financiamiento de las FARC, en base a supuesta información extraída de la
computadora personal del comandante de las FARC.
Esto
sirvió para que el ministro del Interior y Justicia de Venezuela, Ramón Rodríguez
Chacín, denunciara la vinculación de Naranjo Trujillo con el narcotraficante
Wilber Alirio Várela, conocido por el sobrenombre de “Jabón”, ligado al Cartel del
Norte del Valle, en Colombia.
Tras
la masacre de Sucumbíos, el ex presidente mexicano Vicente Fox Quesada, sostuvo
reunión especial en las instalaciones del Centro Fox, A. C., situado en el
kilómetro 13 de la carretera León Cuerámaro – San Francisco del Rincón,
Guanajuato.
Allí
estuvieron el presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez; el director general de
la Policía Nacional de Colombia, Oscar Naranjo Trujillo y el Mexicano José
Antonio Ortega Sánchez, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad
Pública y la Justicia Penal, para fraguar demanda en contra de la estudiante mexicana
Lucía Andrea Morett Álvarez, y luego conducir a la corte colombiana por
presuntos nexos con las FARC, denunció el periodista Alberto Buitre, en
artículo publicado en Los Ángeles Press, Org., página web de noticias en español
independiente, dirigida por Guadalupe Lizárraga.
Ha
participado en operaciones para asesinar a Gonzalo Rodríguez Gacha y Pablo Escobar
Gavira, del Cartel de Medellín, y al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas
Amadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Guillermo León Sáenz Vargas,
conocido por el sobrenombre de Alfonso Cano.
Su
hermano Juan David Naranjo Trujillo, detenido en el aeropuerto internacional de
Colonia, Alemania, con un paquete de 35 kilogramos de cocaína pura en abril del
2006.
Miembro
de la International Drug Enforcement Association, filial de la Agencia Antidrogas
de los Estados Unidos de Norteamérica (DEA, por sus siglas en inglés) y recibió
el Medallón Barkley, otorgado por la Agencia Central de Inteligencia (CÍA, por
sus siglas en inglés).
Nombrado
vicepresidente por las Américas de la Organización Internacional de la Policía
Criminal (INTERPOL, por sus siglas en inglés), con sede en Lyon, Francia, el 9
de noviembre del 2011; el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la primera
fuente de financiamiento para el desarrollo económico, social e institucional
sostenible de América Latina y el Caribe, lo contrató como asesor de seguridad
ciudadana, con sede en New York, y presidente de la Asociación de Policías de
América (Ameripol), en noviembre del 2012.
El
asesor en materia de seguridad del presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos
es el único policía del mundo que ascendió a general de cuatro estrellas, sin
antecedentes militares, por decisión del presidente colombiano Juan Manuel
Santos Calderón.
El
nombramiento provisional de Enríque Peña Nieto, recuerda el incidente de Arturo
Durazo Moreno, jefe del departamento de Policía y Tránsito de la ciudad de
México, nombrado general de división, sin pertenecer al ejército, y declarado doctor
honoris causa, sin antecedentes juristas, por el Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal.
Todo
esto por indicaciones directas del entonces presidente José López Portillo y Pacheco,
actitud que molestó al secretario de la Defensa Nacional (SEDENA), general
Félix Galván López.
El
diamante de Peña Nieto, no es como lo
dibujaron.
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