15 de julio de 2014

La Región Tuxtleca, tierra de magia y encanto.

Hugo Moreno González
-El  Tucán-

Recuerdo a mi Región Tuxtleca de hace 50 años, hermosa; con una selva envidiable, arroyos, ríos y lagunas de límpidas y cristalinas aguas… Una costa donde había de todo: peces, cangrejos, moluscos, tortugas, bellos paisajes y gente amable y bullanguera…
De un clima extraordinario, donde el calor era mitigado en esas grandes casonas hechas de ladrillos rojos, de gruesas paredes que nos protegían de las inclemencia del tiempo, con sus techos de fresca teja, con sus puertas y ventanas hechas de madera y fierro o de aquellos jacales de paredes de cañas de otate y techos de zacate o de palma, que eran en verdad mitigadores del calor.
Éramos una comunidad chica, donde todos nos conocíamos y nos llamábamos parientes, porque en verdad, nos veíamos como hermanos, tanto que dormíamos en esas temporadas de calor agobiante, con esas puertas y esas ventanas, ya mencionadas… Abiertas de par en par, para que el fresco de la noche llegara hasta nuestros dormitorios…

Los cuerpos de seguridad no pasaban de un puñado de uniformados, los azules o tecolotes, como les decíamos, con una destartalada camioneta que nunca tenía gasolina y con sus grandes máuseres y su poca experiencia en estas cuestiones del crimen y es que, en verdad, no existía, el crimen, cuando menos no como hoy.
¿Cuántas veces no chapotee en el Tajalate, refrescándome en esas aguas cristalinas y pesqué guarazapos y otros pequeños pececitos que abundaban en los remansos del Pipisoles y pequeños cangrejos entre las paredes de laja que estaban abajo del puente de 20 de Noviembre o por el nacimiento del Chichipilco o atrapar tortuguitas en el la poza del Guarache, o rumbo a la encantada, a darnos vida en El Marjal del Nacimiento?... Una verdadera belleza de nuestro pueblo.
Podría contar por días de aquellas bellezas naturales de nuestra querida Región Tuxtleca, eran tantas que me costaría trabajo ponerlas juntas en un solo escrito, hoy al igual que ayer, podría sucederme lo mismo con nuestro entorno, pues aun las bellezas abundan, solo que si por el contrario, contara lo que hemos perdido sería también mucho, pero mucho lo que tendría que enumerar.
Ejemplo de ellos, lo cristalino de las aguas de nuestros arroyos, ríos y lagunas, la mayoría están contaminados, con basura, aguas negras, sustancias peligrosas y venenos vertidos sin compasión sobre ellos.
Huelen mal y nadie en verdad quiere acercárseles.
Nuestras costas, donde la mayoría de las especies marinas han sido pescadas hasta la muy cercana extinción de las mismas; las aguas, al igual que los arroyos, ríos y lagunas, contaminadas, y lo peor, no hay forma de detenernos, parece que la única fórmula de parar esto, es con la exterminación total de todo ser vivo.
Ahora nuestras selvas, hermosas y llenas de árboles que eran los pulmones de la humanidad, al igual que lo anterior mencionado, han sido arrasadas por el hacha y la moto sierra, grandes extensiones de ellas fueron derribadas y quemadas sin razón, con la excusa que se hacía para dar paso a la ganadería.
Hoy contemplamos cientos o miles de soltaderos que sostiene una o dos endebles y flacas reces que más bien dan lastima.

Como dije antes, si me pongo a enumerar nuestras perdidas, una a una, no me alcanzaría el resto de mi vida para hacerlo, pero lo trágico es que las consecuencias han sido fatales, cambio climático, miles de nuevas enfermedades que acosan a nuestra gente, ya no nada más hay paludismo, ahora está de moda el dengue y últimamente el dengue hemorrágico y cáncer de todos formas y, y, y si sigo pasa lo mismo que con lo anterior, no me alcanzaría el tiempo para enumerar nuestras dolencias.
Hoy hay más pobres que nunca y los pocos ricos que quedan, más ricos.
Dije que antes dormíamos con todas las puertas y ventanas abiertas y no pasaba nada, hoy cada puerta y cada ventana tiene muchos candados y cadenas y aun así, nos asaltan, nos matan y nos plagian.
¡Ah! y los cuerpos de seguridad son muchísimos, los hay de todas clases y de todas las denominaciones y aun así, jamás había visto tanta inseguridad en nuestros pueblos, creo, pienso, que en verdad andamos como los cangrejos, o de lado o de plano para atrás.
 
Unas preguntas simples, ¿quién o quienes han provocado este caos total?
¿Por qué ha sucedido esto y como es que no podemos pararlo?
Pues es algo absurdo, lo ha traído el progreso, pero el progreso es bueno.
¿Entonces? ¿Qué es lo que sucede?
Desde mi muy personal punto de vista, lo que pasa es que amparados por la sombra de él, muchos han hecho su agosto y nos venden la trillada historia, de que si me dejan sacar este o este otro producto del suelo o del subsuelo o comprarle las cosechas o llevarme la piedra basáltica, que abunda y no sirve en verdad para nada, nosotros podremos dejarles dinero y bienestar para la comunidad.
Y si, si dejan algo, dejan tierras, ríos, lagunas mares contaminados, envenenados, selvas arrasadas, heridas por todos lados en la corteza terrestre, que a la naturaleza le cuesta mucho trabajo cicatrizar y ya cuando casi lo ha logrado, los dementes del poder regresan con nuevas ideas de beneficio para nosotros, a tirarnos más basura, más venenos, más deterioro.
Pero eso sí, nos cuentan que es bueno, ¡ah! y si te opones… Te opones al progreso, pero ya sabemos que son solo mentiras bien organizadas, con bufones que las desparraman, con jilguerillos que cantan lo que les conviene a los patrones, se escudan tras necedades y provocan más deterioro ambiental.
Cuentan que nos dejan cosas de valor, presumen que les sobra el dinero, vociferan, que debemos apoyarlos y nos darán una tajada y amenazan (muy sutilmente) —Al que se oponga, pues nos lo llevamos entre las patas del tropel del apocalipsis—.
Pues no, ya no soportamos más, las mentiras, las calumnias, las falsas promesas, porque ofrecen mucho y al final a los verdaderos dueños de las tierras afectadas, no les dejan nada y a las gentes que amamos nuestro entorno, nos ofrecen destrucción, contaminación y abandono.
Quedamos en peor situación que antes.
Hoy, ya no somos los mismos de ayer, hoy ya tenemos más conocimiento de que es lo que en verdad nos favorece, en pocas palabras ya no nos dejamos engañar tan fácilmente y estamos dispuestos a defender lo nuestro. 
Según sabemos ya tienen todos los permisos autorizados, todas las mentiras bien acomodadas, todos los intereses bien remunerados…
Las autoridades, que se supone las elegimos para que nos defendieran, nos han vendido, me imagino que ahí, con ellos, si han derramado dinero y ya se dice entre el murmullo falaz que han diseminado, que nada los va a detener, que de que se llevan la piedra, se la llevan y permítanme decirles, si fuera solo el llevarse la piedra, pues no sería mayor el daño, hay mucha y casi no la usamos, pero el problema es para extraerla, el uso de la dinamita, destrucción, los venenos, lo mismo de siempre, contaminación total al medio ambiente.
Por nosotros, pueden quedarse con su dinero, no lo queremos, la factura es muy alta al final y como siempre, saldremos perdiendo, lo que queremos es nuestro entorno, nuestros paisajes, nuestra madre tierra, sin que sea ultrajada por mentes voraces como las de ustedes y no me vengan que es por el progreso, el progreso es beneficio para todos y lo que ustedes traen es una maldición, porque donde llegan dejan el camino marcado y sucio, contaminado y con olor a azufre.
Si a la Roca no se toca y si lo intentan se encontrarán con nosotros, una fuerza pacifica, pero firme, que sin inmutarse dice no y se pondrá en primera fila para defender a nuestra Región Tuxtleca.

Hugo Moreno González (El Tucán)

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