La Región Tuxtleca,
tierra de magia y encanto.
Hugo
Moreno González
-El Tucán-
Recuerdo a mi Región Tuxtleca
de hace 50 años, hermosa; con una selva envidiable, arroyos, ríos y lagunas de
límpidas y cristalinas aguas… Una costa donde había de todo: peces, cangrejos,
moluscos, tortugas, bellos paisajes y gente amable y bullanguera…
De un clima
extraordinario, donde el calor era mitigado en esas grandes casonas hechas de
ladrillos rojos, de gruesas paredes que nos protegían de las inclemencia del
tiempo, con sus techos de fresca teja, con sus puertas y ventanas hechas de
madera y fierro o de aquellos jacales de paredes de cañas de otate y techos de
zacate o de palma, que eran en verdad mitigadores del calor.
Éramos una comunidad
chica, donde todos nos conocíamos y nos llamábamos parientes, porque en verdad,
nos veíamos como hermanos, tanto que dormíamos en esas temporadas de calor
agobiante, con esas puertas y esas ventanas, ya mencionadas… Abiertas de par en
par, para que el fresco de la noche llegara hasta nuestros dormitorios…
Los cuerpos de seguridad
no pasaban de un puñado de uniformados, los azules o tecolotes, como les
decíamos, con una destartalada camioneta que nunca tenía gasolina y con sus
grandes máuseres y su poca experiencia en estas cuestiones del crimen y es que,
en verdad, no existía, el crimen, cuando menos no como hoy.
¿Cuántas veces no
chapotee en el Tajalate, refrescándome en esas aguas cristalinas y pesqué
guarazapos y otros pequeños pececitos que abundaban en los remansos del Pipisoles
y pequeños cangrejos entre las paredes de laja que estaban abajo del puente de
20 de Noviembre o por el nacimiento del Chichipilco o atrapar tortuguitas en el
la poza del Guarache, o rumbo a la encantada, a darnos vida en El Marjal del
Nacimiento?... Una verdadera belleza de nuestro pueblo.
Podría contar por días
de aquellas bellezas naturales de nuestra querida Región Tuxtleca, eran tantas
que me costaría trabajo ponerlas juntas en un solo escrito, hoy al igual que
ayer, podría sucederme lo mismo con nuestro entorno, pues aun las bellezas
abundan, solo que si por el contrario, contara lo que hemos perdido sería
también mucho, pero mucho lo que tendría que enumerar.
Ejemplo de ellos, lo
cristalino de las aguas de nuestros arroyos, ríos y lagunas, la mayoría están
contaminados, con basura, aguas negras, sustancias peligrosas y venenos vertidos
sin compasión sobre ellos.
Huelen mal y nadie en
verdad quiere acercárseles.
Nuestras costas, donde
la mayoría de las especies marinas han sido pescadas hasta la muy cercana
extinción de las mismas; las aguas, al igual que los arroyos, ríos y lagunas,
contaminadas, y lo peor, no hay forma de detenernos, parece que la única fórmula
de parar esto, es con la exterminación total de todo ser vivo.
Ahora nuestras selvas,
hermosas y llenas de árboles que eran los pulmones de la humanidad, al igual
que lo anterior mencionado, han sido arrasadas por el hacha y la moto sierra,
grandes extensiones de ellas fueron derribadas y quemadas sin razón, con la
excusa que se hacía para dar paso a la ganadería.
Hoy contemplamos cientos
o miles de soltaderos que sostiene una o dos endebles y flacas reces que más
bien dan lastima.
Como dije antes, si me
pongo a enumerar nuestras perdidas, una a una, no me alcanzaría el resto de mi
vida para hacerlo, pero lo trágico es que las consecuencias han sido fatales,
cambio climático, miles de nuevas enfermedades que acosan a nuestra gente, ya
no nada más hay paludismo, ahora está de moda el dengue y últimamente el dengue
hemorrágico y cáncer de todos formas y, y, y si sigo pasa lo mismo que con lo
anterior, no me alcanzaría el tiempo para enumerar nuestras dolencias.
Hoy hay más pobres que
nunca y los pocos ricos que quedan, más ricos.
Dije que antes dormíamos
con todas las puertas y ventanas abiertas y no pasaba nada, hoy cada puerta y
cada ventana tiene muchos candados y cadenas y aun así, nos asaltan, nos matan
y nos plagian.
¡Ah! y los cuerpos de
seguridad son muchísimos, los hay de todas clases y de todas las denominaciones
y aun así, jamás había visto tanta inseguridad en nuestros pueblos, creo,
pienso, que en verdad andamos como los cangrejos, o de lado o de plano para
atrás.
Unas preguntas simples,
¿quién o quienes han provocado este caos total?
¿Por qué ha sucedido
esto y como es que no podemos pararlo?
Pues es algo absurdo, lo
ha traído el progreso, pero el progreso es bueno.
¿Entonces? ¿Qué es lo
que sucede?
Desde mi muy personal
punto de vista, lo que pasa es que amparados por la sombra de él, muchos han
hecho su agosto y nos venden la trillada historia, de que si me dejan sacar
este o este otro producto del suelo o del subsuelo o comprarle las cosechas o
llevarme la piedra basáltica, que
abunda y no sirve en verdad para nada, nosotros podremos dejarles dinero y
bienestar para la comunidad.
Y si, si dejan algo,
dejan tierras, ríos, lagunas mares contaminados, envenenados, selvas arrasadas,
heridas por todos lados en la corteza terrestre, que a la naturaleza le cuesta
mucho trabajo cicatrizar y ya cuando casi lo ha logrado, los dementes del poder
regresan con nuevas ideas de beneficio para nosotros, a tirarnos más basura,
más venenos, más deterioro.
Pero eso sí, nos cuentan
que es bueno, ¡ah! y si te opones… Te opones al progreso, pero ya sabemos que
son solo mentiras bien organizadas, con bufones que las desparraman, con
jilguerillos que cantan lo que les conviene a los patrones, se escudan tras
necedades y provocan más deterioro ambiental.
Cuentan que nos dejan
cosas de valor, presumen que les sobra el dinero, vociferan, que debemos
apoyarlos y nos darán una tajada y amenazan (muy sutilmente) —Al que se oponga,
pues nos lo llevamos entre las patas del tropel del apocalipsis—.
Pues no, ya no
soportamos más, las mentiras, las calumnias, las falsas promesas, porque
ofrecen mucho y al final a los verdaderos dueños de las tierras afectadas, no
les dejan nada y a las gentes que amamos nuestro entorno, nos ofrecen
destrucción, contaminación y abandono.
Quedamos en peor
situación que antes.
Hoy, ya no somos los
mismos de ayer, hoy ya tenemos más conocimiento de que es lo que en verdad nos
favorece, en pocas palabras ya no nos dejamos engañar tan fácilmente y estamos
dispuestos a defender lo nuestro.
Según sabemos ya tienen
todos los permisos autorizados, todas las mentiras bien acomodadas, todos los
intereses bien remunerados…
Las autoridades, que se supone las elegimos para que nos defendieran,
nos han vendido,
me imagino que ahí, con ellos, si han derramado dinero y ya se dice entre el
murmullo falaz que han diseminado, que nada los va a detener, que de que se llevan
la piedra, se la llevan y permítanme decirles, si fuera solo el llevarse la
piedra, pues no sería mayor el daño, hay mucha y casi no la usamos, pero el
problema es para extraerla, el uso de la dinamita, destrucción, los venenos, lo
mismo de siempre, contaminación total al medio ambiente.
Por nosotros, pueden
quedarse con su dinero, no lo queremos, la factura es muy alta al final y como
siempre, saldremos perdiendo, lo que queremos es nuestro entorno, nuestros
paisajes, nuestra madre tierra, sin que sea ultrajada por mentes voraces como
las de ustedes y no me vengan que es por el progreso, el progreso es beneficio para todos y lo que ustedes traen es una
maldición, porque donde llegan dejan el camino marcado y sucio, contaminado
y con olor a azufre.
Si a la Roca no se toca y si lo intentan se encontrarán con
nosotros, una fuerza pacifica, pero firme, que sin inmutarse dice no y se
pondrá en primera fila para defender a nuestra Región Tuxtleca.
Hugo Moreno González (El
Tucán)
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