5 de marzo de 2011

Necesaria la intervención de las autoridades correspondientes…
Niños menesterosos en calles de San Andrés Tuxtla, un problema social

San Andrés Tuxtla, Ver.—En pleno centro de la ciudad diariamente se observan a niños en condiciones de calle, los cuales se encuentran en el abandono y expuestos a ser utilizados con fines perversos por gente delictiva. (Fotos: JC Absalón)

Juan Carlos Absalón/San Andrés Tuxtla, Ver.—En alguna ocasión tuvimos la oportunidad de tener una charla muy enriquecida de cultura, de buenas intenciones, y más que nada, de la preocupación a falta de valores hoy en estos días tan difíciles para la juventud que viene, ya no caminando, sino corriendo a pasos agigantados en busca de oportunidades que no tendrá, sino cuenta con las herramientas para enfrentar el futuro inmediato.
Aquella vez, referimos el punto de la educación familiar y la educación académica, y que de esta última, cada vez pareciera que es inalcanzable, pero no es así, puesto que los niveles de gobierno, en cualquiera de ellos están ofreciendo las oportunidades para quienes carecen de los recursos económicos para recibir esta educación, ya sea escolarizada o en sistema abierto.
El tema tiene relación cuando encontramos a tanto niño arrojados a las calles mendingando y disfrazando esta actitud pidiendo dinero en las calles adquiriendo malos hábitos, desde la falta de higiene, la adquisición de un lenguaje burdo y por consiguiente viviendo en su ignorancia, situación que está siendo aprovechada por gente de ideas perversas que sólo busca satisfacer sus intereses personales.
En San Andrés Tuxtla, encontramos un grupo de niños que van desde los 7 a los 9 años de edad, que deambulan por las céntricas calles de la ciudad y por el Boulevard 5 de Febrero, durante el día y la noche.
Se les encuentra por las terminales de camiones de 2da. Clase, y por los microbuses que van al Salto de Eyipantla; por los que tienen la ruta conurbada Catemaco-San Andrés Tuxtla-Santiago Tuxtla; en el mercado municipal 5 de Febrero y en las afueras de los súper mercados Soriana y Aurrerá; esto a cualquier hora del día.
Sin embargo, cerca del mediodía, desde las 12:00 y hasta las 15:00 horas en las afueras de los restaurantes del centro de la ciudad como son el Hotel del Parque, restaurante Winni’s, del Hotel Isabel y del Hotel San Andrés, de la Palapa La Hueva Jarocha, así como en las taquerías de los microbuses junto al mercado municipal 5 de Febrero, es donde se les ve diariamente.
Por las tardes andan en los parques Sebastián Lerdo de Tejada y el Miguel Hidalgo, frente a la mueblería Tele-Radio Comercial.
Por las noches se les encuentra durmiendo, en ocasiones, a orillas de los negocios de ropa Sensasión y junto a la Palapa de la Hueva Jarocha, o incluso en el parquecito Hidalgo; y decimos en ocasiones porque se les ha visto por la Avenida Juárez recorriendo la calle hasta altas horas de la madrugada (3:00 de la mañana), porque ahora estos menores ya cuentan con pequeñas bicicletas que ahora les permiten recorrer más tramos de la ciudad a cualquiera hora.
El pasado sábado, cerca de las 17:00 horas, cuando algunas personas degustaban de algunos tacos en las taquerías adjunto al mercado municipal, frente a la terminal de los microbuses de recorren la ruta al Salto de Eyipantla y viceversa cruzaban siete pequeños, y alguno de ellos en plan malintencionado robó un taco cuando una persona volteaba y habilidosamente un niño tomó el taco y salió corriendo.
Días atrás, cuando un empleado de conocida pollería que expende también pollos rostizados ubicada en Venustiano Carranza, limpiaba las charolas y toda el área que acostumbran siempre a dejar todo limpio por medidas de higiene, en presencia del que esto escribe hasta allí llegaron dos niños, y vieron un pedazo de comida, y aún cuando el empleado les dijo que se retiraran de allí, sobre todo porque son áreas donde se trabaja con altas temperaturas, uno de los pequeños se atrevió a meter la mano y prácticamente hurtó el pedazo de comida a lo que el empleado nada más pudo hacer.
En fechas muy atrás, uno de estos menores se presentó a una panadería cerca del mercado municipal con un billete de 200 pesos que resultó falso; el billete era falso y cuando la empleada reportaba a al dueño del negocio y este a su vez iba a reportar a la Comandancia de la Policía Municipal, el menor salió huyendo del lugar; ¿habría sido enviado por alguien malintencionado para canjear el billete apócrifo?
Hace algunos días, un grupo de estos cuatro menores, cuando una persona de aproximadamente unos 70 años de edad, de complexión delgada y baja estatura, camina por la acera, frente al negocio de muebles (Tele-Radio Comercial), uno de estos niños le arrebató la gorra que portaba el anciano y en forma provocativa lo comenzaron a rodear a modo de fastidiar al señor, el hombre sin fuerza y con un acto de impotencia rogaba le regresaran su gorra, mientras éstos niños se burlaban de él lastimosamente; fue en ese momento que valientemente la encargada de un están de celulares que venden tiempo aire en el corredor de la citada mueblería gritó a los niños que dejaran en paz al anciano.
De todo esto que narramos no son actos inventados, son situaciones que le ha tocado ver al que esto escribe y que desde años anteriores hemos citado el problema social que ha ido creciendo gracias a la falta de la intervención de las autoridades correspondientes porque no es cualquier cosa.
El monstruo está creciendo y cuando eran dos o tres niños nadie los tomaba en cuenta, ahora son 13 niños que recorren la ciudad, y que ya actúan más agresivamente y temerariamente cuando se ven juntos y que pueden hacer daño y creen que nadie los podrá alcanzar cuando escapan en sus bicicletas.
Es un problema que nace desde el hogar de estos menores, donde los padres tienen la responsabilidad y obligaciones primarias, y que a falta de que una autoridad los obligue seguirán creando en un futuro gente que será nociva para la sociedad y con ello alimentando a la delincuencia.
Existe una Sistema del Gobierno del Estado como lo es el DIF, que no sólo debe servir para controlar las masas de gente vulnerable que requieran para cuando son tiempos electorales; hay un compromiso de fondo que es precisamente el de atender estos casos de niños en situación de calle.
Existe un grupo de seguridad pública municipal como lo es la policía, que no por ser menores de edad no pueden hacer algo, ¡claro! Que también tienen esa corresponsabilidad como lo es precisamente de que en ausencia de, los lleven al centro de atención del DIF, donde se citen a los padres de estos menores para que asuman su responsabilidad.
Y ¡claro! Que hay también responsabilidad de investigar quien está detrás de ellos, cuando llevan billetes falsos a comprar, así como también el permitirles que entren a las cantinas a vender chicles, cuando en realidad lo que hacen es pedir dinero, porque al entrar a un antro de vicio se exponen a sufrir las consecuencias que ocasiona el embrutecimiento a causa de los influjos del alcohol o alguna otra droga.
El problema que antes no lo parecía así, a causa de estos menores ya está mostrando que niños pueden robar y atacar a personas, que pueden ser utilizados con el cuento de vender chicles para algunas malas prácticas y que al no tener un patrón de conducto son candidatos inmediatos para integrar grupos delictivos.
Las autoridades correspondientes tienen la palabra.

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