4 de octubre de 2013

Acoso escolar

¿Cómo tratar este tema en casa?

familias.com / Durante mi infancia recuerdo haber incurrido en varias bromas a distintos compañeros en la escuela, ya sea a través de un apodo, o una burla casual. Inocentes y leves según recuerdo.
Por supuesto hoy en día las cosas cambiaron, y los niveles de violencia que se ven en las calles, en el núcleo familiar, en la televisión, en los videojuegos, son todos aspectos que repercuten, sin duda, en las relaciones sociales, sobre todo en niños y adolescentes.
Es así que la comunicación actualmente se da a través de la violencia, infligida ella a través de insultos, bromas pesadas, agresiones físicas, en la exclusión grupal, en vejámenes impensables.
Ocurre que frecuentemente este tipo de violencia es ignorada por padres o autoridades escolares, ya sea por el silencio de los que la padecen, o bien por el simple hecho de ser considerado un juego que ya terminará, que no es de gran importancia.
Y lo que no advertimos es que esa simple broma entre compañeros constituye una tortura aterradora para niños y adolescentes.
En Latinoamérica entre el 50 y 70 por ciento de niños y adolescentes son víctimas del acoso escolar, según estadísticas de la UNICEF y Plan Internacional. Este fenómeno conocido como bullying, como ya les venía contando, se manifiesta a través de burlas, bromas o de agresiones físicas de menores hacia otros menores.
Es sin duda una problemática que tiene como protagonistas no solo a quienes son agredidos, sino también a los que agreden. Por tanto, es necesaria una revisión en casa de lo que está pasando en la escuela.
Podemos creer que no nos sucederá, que está todo bien. Y es probable que así sea, sin embargo no está de más atender a este fenómeno. Sobre todo cuando es frecuente oír las determinaciones que toman los menores ante este problema.
Falsas soluciones que van desde el silencio, que los lleva a estar años atormentados por otros compañeros, o que bien los convierten en cómplices de violencia, a estados de depresión que muchas veces llegan al suicidio.
Se trata ni más ni menos de futuros adultos marcados por la violencia. Es un problema del que debemos preocuparnos, pero más que nada ocuparnos de él.
Somos nosotros como adultos, y como familia, los encargados de inculcar en nuestros hijos los valores necesarios para que esta realidad cese. ¿Cómo ocuparnos del tema? Como madre se me ocurren los siguientes pasos:

Dialoga con tus hijos. Conversar debe ser algo habitual en sus casas, pero atendiendo a este tema me parece fundamental encauzar la charla hasta lograr que poco a poco nuestros hijos nos vayan contando cómo fue su día en la escuela.
Con los adolescentes de seguro es más difícil, pero no imposible.
Preguntas del tipo ¿cómo te llevas con tal persona? ¿Cómo esta Pedrito? El diálogo puede introducirnos en ese mundo en el que queremos entrar, pero no siempre sabemos cómo.
Busca material cinematográfico que sirva de ejemplo. Si notas que tu hijo está viviendo una situación de acoso, como acosador o como víctima, si hay algo productivo además de una charla, es una película.
Yo suelo usarlas a modo de ejemplo con mis hijos, y he tenido lindos resultados. Me resulta didáctico y entretenido para cualquier edad. En ellas se pueden vislumbrar los actos, las consecuencias, posibles soluciones.
Incentiva la reflexión, la reacción y la acción. Luego de mirarla juntos se puede volver a la conversación, a descubrir qué huella dejó el filme.
De los filmes que tratan la problemática me he encontrado con Después de Lucía (2012, Michel Franco, México. Clasificación B –apta para adolescentes-), recomiendo de todos modos verla antes y decidir cómo llevar adelante su proyección en familia.
Asimismo, les recomiendo un documental muy bien logrado llamado Bully (2011, Lee Hirsch, EUA, apta mayores de 13 años), nos introduce en el mundo de un niño víctima del hostigamiento de sus compañeros, a la vez que cuenta la historia de niños que se han quitado la vida a causa del sufrimiento.
Acude a un profesional. A veces nuestras solas fuerzas no bastan. Sobre todo cuando ya desde casa descubrimos que nuestro hijo está siendo acosado, o lo que es peor si es él quien acosa.
Pero no debemos bajar los brazos, un buen psicólogo puede asistirnos. Acude a él sin prejuicios, y sobre todo con urgencia. Cuanto antes se traten los temas que nos angustian mejor.
Remarca los valores que desde pequeños les has enseñado. Dicen que nunca es tarde, y eso es cierto. Cuando es necesario reforzar los valores que sabemos que hemos dado, no resulta tardío tener que repetirlos.
Allí están, guardados en sus cabecitas. Refresquemos y desempolvemos eso que quedó guardado. Los valores que deberíamos resaltar en este caso son: respeto por el prójimo, asistencia y solidaridad con sus compañeros, confianza en la familia (que sepa que puede hablar con mamá y papá, así como con sus hermanos mayores), honestidad, y esencialmente justicia.
Habla con otras madres. Esto ayuda a conocer más acerca del ambiente que se respira en el colegio. Sería bueno preguntar cómo pasan sus días los otros chicos. Si ellas han visto algo fuera de lo común.
Esto también incluye el hecho de que si tú descubres algo en la charla con tus hijos puedes comentarlo con otras madres para que lo tengan en cuenta. De esta manera contribuyes a que el acoso escolar cese o, lo que sería todavía mejor, que ni siquiera tenga comienzo.
El maltrato físico, psicológico, social y verbal es algo de lo que escuchamos esporádicamente a través del noticiero, creyendo tal vez que es algo que no nos va a pasar.
Sin embargo, se trata de una situación que sufren muchos niños y adolescentes y que, lastimosamente crece día a día en las escuelas, muchas veces sin que los padres se enteren.

Éste es un fenómeno que hay que combatir desde casa, escuchando y educando a nuestros hijos. No es para preocuparse: es para ocuparse y estar atentos.

3 de octubre de 2013

OPINIÓN DE FÉLIX PEÑA CASTILLO...


F   Actualización de estado

Solamente una opinión.
Con motivo de los acontecimientos magisteriales que se viven, quiero comenzar diciendo que no soy enemigo de los que por alguna razón participan en dicho movimiento, siempre, como ser humano, he considerado la amistad como algo sagrado que debe estar por encima de cualquier interés personal o de grupo.
Me da tristeza ver a mis compañeros fuera de sí, apasionados a más no poder, viendo como enemigos o como traidores a los que no pensamos como ellos, sin reflexionar un poco en que vivimos en un estado de derecho donde todos tenemos la libertad de manifestar lo que sentimos, donde estamos obligados a ser tolerantes y más aún por la profesión que ejercemos.
por más que leo y vuelvo a leer una publicación en las redes donde un docente o una docente dice que extraña las risas de sus alumnos, etcétera, etcétera…Pero que lo está enseñando a luchar, no le encuentro cuadratura al círculo, con esto solo se le está enseñando al alumno a ser subversivo, intolerante, a que cuando quiera pelear por un derecho lo haga lesionando los derechos de los demás, a que someta a los demás a que piensen como él, o a que él se someta a cómo piensa otro.
He visto, también con mucha tristeza, como muchos jóvenes gritan consignas en contra de su organización sindical y sus dirigentes, me duele porque ellos solo han cosechado el fruto de lo que hemos sembrado los que ya tenemos bastantes años en el servicio docente, a ellos los entiendo, aunque no los justifico, pero a los que como yo hemos visto lo que ha costado construir la unidad y estar en una lucha permanente para seguir avanzando, es ahí donde no le encuentro algún razonamiento lógico.
En el afán de apoyar, de ayudar a que los jóvenes fueran ingresando al servicio docente, la organización sindical inventó algo que para mí ha sido una falta de respeto a la sociedad, “la dispensa de perfil”, ninguna profesión se debe ejercer si no se tiene el perfil completo para ello, pues entre nosotros sí se pudo, y todavía más al presentar el examen para el ingreso y no aprobarlo, era la organización sindical la que daba la cara para que como quiera lo contratara la Secretaría, la organización sindical pudo negociar con la Secretaría que los jóvenes con licenciatura en pedagogía pudieran entrar a laborar en preescolar o primaria, con el compromiso de que estudiaran después la UPN o la UPV, pues cientos de jóvenes que ingresaron así, ahora recriminan a su organización sindical.
Nos ha pasado de humo, como se dice en el béisbol, y no nos hemos dado cuenta de que la infiltración de la CNTE en Veracruz está logrando su cometido, poner en contra a maestros con padres de familia, a maestros contra maestros, a padres de familia contra padres de familia, a maestros en contra de su organización sindical, pero lo más lamentable, preocupante y triste, el negarle a los niños y jóvenes el derecho que por ley tienen a recibir educación.
Me he preguntado cual será la reacción de los padres de familia que aún creen, porque muchos ya no creen, que la educación se privatizará, cuando sabemos que la educación pública está garantizada en nuestra propia Constitución; ninguna lucha que enarbole banderas falsas podrá tener buen desenlace.
Me considero un hombre con muchísimos defectos y con muy pocas virtudes, pero entre las pocas virtudes me quedan la lealtad y la gratitud, lealtad y gratitud a mi organización sindical y a mis dirigentes. Siempre seré SNTE y siempre seré EQUIPO POLITICO.
Podría seguir escribiendo tantas y tantas cosas que ahora pasan por mi mente pero quiero concluir diciendo que ojalá y esta experiencia dolorosa que estamos viviendo nos sirva para valorar lo que tenemos y que al final del camino nos sirva también como lección de vida para seguir construyendo un mundo mejor y que podamos hacer nuestro el pensamiento tan profundo de Voltaire cuando dice “podre no estar de acuerdo con lo que dices, pero defendería con la vida el derecho que tienes de decirlo”. Por eso como dije al principio esto es SOLAMENTE UNA OPINION.
Un saludo afectuoso a mis compañeros y amigos, a los que están en la lucha y a los que no están, porque al final del día, todos pertenecemos a una misma clase social.

Profr. Félix Peña Castillo.

REPORTERO CIUDADANO


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