12 de diciembre de 2012

¡El fervor guadalupano no tiene fronteras!

F   En todos los rincones del país se pide por la paz y la seguridad de los mexicanos.
F   Las carreteras se llenan de peregrinos de grandes caravanas de ciclistas, motociclistas y de personas que transitan grandes distancias para dar gracias a María de Guadalupe por favores concedidos
Algunos peregrinos llevan por protección solo su fe en la Virgen María de Guadalupe.
La bandera nacional también es estandarte de los peregrinos, donde se mezcla la fe y el patriotismo en las fiestas guadalupanas.
Otras peregrinaciones van en caravanas apoyados con vehículos, motociclistas y ciclistas, llevando al frente una imagen de la Reina de México. 
Con mucha fe, recorren grandes distancias entre un estado y otro de la República Mexicana, durante días, algunos recorren varios kilómetros durante más de diez días hasta llegar en el día principal, 12 de diciembre. 
Grandes caravanas de motociclistas, algunos sin las medidas de seguridad requeridas, sólo apoyados en su fervor guadalupano.
Peregrinos toman un descanso frente al centro comercial Soriana, cuando oscurecía la noche de la víspera. 

Juan Carlos Absalón/San Andrés Tuxtla, Ver.—El fervor guadalupano no tiene fronteras y los riesgos de la integridad física pasan a según plano cuando se trata de promover la fe por la Virgen María de Guadalupe, que según historia, las apariciones de la virgen tuvieron lugar en el año 1531, siendo la última el 12 de diciembre de ese año.
La investigación que ha trascendido hasta nuestros días, en breve dato nos dice que la Virgen María de Guadalupe se apareció 4 veces a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro de Tepeyac, esto, según el relato guadalupano conocido como Nican mopohua, y que el indígena fuera ante el primer Obispo de México, Juan de Zumárraga, llevando en su ayate unas rosas y que al mostrarlas quedara en el mismo plasmada la imagen de Santa María, moreno y con rasgos mestizos.
Ha sido en las últimas décadas en que el fervor ha ido en aumento, ya que la venta de trajes de inditos ha ido en aumento, así como las imágenes de la virgen, fabricadas con diferentes materiales.
Pero la fe, es la que ha movido a grandes grupos organizados que viajan muchos kilómetros para llevar al frente una imagen de la Virgen de Guadalupe; y así encontramos en el centro de la ciudad Bandas de Guerra acompañando en las procesiones; empresas de diferentes marcas con su parque vehicular desfilando por el centro de la ciudad, y qué decir de los comerciantes en general haciendo grandes veladas con música, algunos hasta con bailes para que la gente concurra y disfrute de las fiestas en honor de la virgen.
Y así encontramos en los caminos vecinales camionetas adornadas con globos y flores de papel, algunas con algún equipo de energía eléctrica para iluminar sus altares que llevan con la Virgen María de Guadalupe, y en las carreteras federales el tráfico prácticamente se congestiona, se alenta muchísimo porque van peregrinaciones de ciclistas, de motociclistas, y grandes caravanas de peregrinos a pie, cantando y haciendo oración en honor a la venerada.
Pero algo que mucho captamos en esta ocasión; la oración se generaliza y ya no es por un grupo o sector, ahora es por todos los seres humanos, por los mexicanos, y por los que trabajan y viven en el extranjero con raíces latinas.
Se piden por la paz, porque se acabe un poco la violencia y porque no haya más muertes, y por la seguridad de vivir un mejor México.
Así es el sentir que hasta en la misa de anoche, allá en la Basilica de México, se pide por la paz y por la seguridad de los mexicanos.
Felices fiestas.

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